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sábado, 2 de agosto de 2008

Indígenas de la Amazonía aseguran: Ya no somos sujetos de investigación.


Delegados indígenas que participaron en el seminario

Investigadores, asistentes de investigación, delegados, enlaces y pobladores. El trabajo en equipo de cada una de estas personas permitió que el Centro de Investigación Lingüística Aplicada de la Universidad de San Marcos muestre los resultados de un proyecto, cuyo objetivo es formar investigadores indígenas en los pueblos ashánincas, shipibos y yines de la Región del Ucayali.

Enviada especial: Janet Montoro Asencios

“Antes no se me ocurrió preguntarles a mis abuelos sobre nuestro pasado, no me interesaba; ahora quiero saber más. Aún tengo a mi abuelita y a su hermana, ellas deben tener 85 años de edad, voy a seguir entrevistándolas, tienen mucho que contarme”.

Nos dice el delegado shipibo Celestino Panduro Barbarán sobre sus primeras experiencias como investigador, las mismas que las compartió también con los asistentes al II Seminario-Taller de Investigación para la Educación Intercultural Bilingüe en el Ucayali, que se realizó el 3 y 4 de julio en la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía (UNIA) de Pucallpa.


Celestino nos cuenta que entró a este proyecto gracias a un primo suyo que le recomendó. Dice que aceptó el reto para aprender más haciendo entrevistas.

“Yo no sabía que antroponimia significaba nombre de lugares y que toponimia se refería a los nombres de las personas, ahora ya lo sé; tampoco sabía que la cosmovisión estaba relacionada con los cuentos”, nos dice con una sonrisa dibujada en su rostro.

Pero no solo Celestino está satisfecho por el trabajo realizado. Roy William, otro delegado shipibo, nos cuenta asombrado que en su investigación ha descubierto que en su comunidad ya no quieren ponerle a sus hijos nombres shipibos.

“Nos estamos occidentalizando, estamos perdiendo nuestras costumbres, pero nosotros queremos rescatar nuestra cultura y una forma de hacerlo es aprendiendo a investigar. En este proyecto nos han enseñado, entre otras cosas, a tomar datos”, nos dice Roy y se pone muy serio, es que él es un docente egresado del Instituto Pedagógico Bilingüe de Pucallpa, y piensa incursionar en la investigación.

También las mujeres indígenas tienen la palabra en esta historia. Delia Torres, representante del pueblo Yine, asegura que le gusta investigar la historia de su pueblo, en especial el proceso de aprendizaje de los niños de 3 a 5 años. “Quiero aprender más y sacar toda la información posible”, subraya.


Delia Torres tomando notas en el seminario


Si bien todos los representantes indígenas mostraron interés y deseo de continuar trabajando, sin embargo, uno de los más entusiastas fue Aurelio Pacaya, delegado Asháninka, quien reconoció que en su pueblo trabajaron mucho, pero que no había sido suficiente.

“Hay mucho por descubrir, tenemos que seguir entrevistando a las personas más ancianas, a quienes consideramos sabios. Yo siempre los busqué en su casita, ya sea en la mañana o en la tarde para que me cuenten sus historias, primero tenía que ganarme su confianza”, recuerda.



Pacaya ofrece declaraciones durante la conferencia de prensa que se dio en Pucallpa

Pacaya durante los dos días del seminario fue el portavoz de los asháninkas y dijo que los miembros de su comunidad están contentos con el trabajo, pero recalcó en más de una oportunidad, que ellos le han dicho que quieren ver los resultados de esta investigación y dice que él se encargará de que ese deseo se cumpla.

En vivo y en directo
Los dos días del taller habíamos escuchado a los expositores decir que involucrar en la investigación a personas del mismo lugar facilitaba la recolección de datos.

Nosotros lo comprobamos porque tuvimos la oportunidad de visitar la casa de Iveth Sánchez, otra de las delegadas de la comunidad Shipibo, y fuimos testigos de cómo su abuelita le narraba en su idioma con lujo de detalles la leyenda de la pelea entre los shipibos y cacataibos.

Iveth nos lo tradujo de esta manera “Mi abuelita recuerda que durante el enfrentamiento de estos dos pueblos, los cacataibos se llevaron a una mujer shipiba y dice que hasta ahora no la han encontrado, seguramente lo tomaron como esposa y cuando los shipibos la buscaron solo encontraron un palo diseñado por ella...”.

Quienes estuvieron en permanente contacto con los indígenas durante el proceso de investigación fueron los asistentes de campo, profesionales del CILA que dieron lo mejor de sí, pese al inclemente sol de la selva, a los mosquitos o al incremento del caudal de los ríos, que en más de una oportunidad les dio más de un susto, cuando tuvieron que trasladarse a cada uno de los 18 pueblos que formaron parte del proyecto. (Continúe leyendo)



El auditorio de este seminario estuvo integrado principalmente por docentes y estudiantes de educación de la UNIA y del Instituto Superior Pedagógico Público Bilingüe de Yarinacocha, quienes en todo momento mostraron interés por los temas tratados. (Continúe leyendo)



Indígenas: Ciudadanos del mundo
La primera semana de agosto se realizó un seminario en Pucallpa para dar a conocer los resultados del trabajo de campo realizado por miembros del CILA, este proyecto viene a ser el componente de investigación aplicada a la educación intercultural bilingüe del programa de Educación Intercultural Bilingüe para la Amazonía (EIBAMAZ), promovido por UNICEF y financiado por Finlandia.

A propósito de este seminario conversamos con la lingüista María Cortez Mondragón, directora del CILA. Aquí sus impresiones: (Continúe leyendo)



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Se les está dando lo que ellos necesitan


Quienes estuvieron en permanente contacto con los indígenas durante el proceso de investigación fueron los asistentes de campo, profesionales del CILA que dieron lo mejor de sí, pese al inclemente sol de la selva, a los mosquitos o al incremento del caudal de los ríos, que en más de una oportunidad les dio más de un susto, cuando tuvieron que trasladarse a cada uno de los 18 pueblos que formaron parte del proyecto.

Lingüista Carina Sullón: asistenta de campo del Pueblo Shipibo
Para Carina Sullón más que transferencia de conocimiento esta experiencia ha sido un intercambio de conocimientos, la lingüista señala que los indígenas ya tenían nociones de cómo hacer el trabajo de investigación.

La lingüista refiere que en algunas oportunidades durante las entrevistas cambiaron las preguntas preestablecidas y los delegados tuvieron que hacerlas en su propio idioma. “Yo no preguntaba, solo observaba y al final conversábamos “, recuerda.



Sullón nos dice que en las comunidades accedían a las entrevistas porque iban acompañados por los delegados, fue así como lograron recabar aproximadamente 600 nombres shipibos. “Se han registrado los nombres de los lugares en el idioma, porque hasta ahora los mapeos han sido todo en castellano, recién se está trabajando en mapear la zona con nombres indígenas”, indica.

En cosmovisión se han recogido relatos, actualmente se está perdiendo esa información porque los abuelos no lo están transmitiendo a los jóvenes. Este trabajo ha permitido que los jóvenes tomen interés. Se han recogido 30 relatos del pueblo shipibo.


Lingüista Carmen Núñez: asistenta de campo del pueblo Yine
Carmen dice que en esta etapa se ha llegado a la puntita del iceberg. Ella considera que trabajar con delegados les permitió romper con la barrera del idioma y ganarse la confianza de los pobladores.

“La idea es que nosotros nos quedemos sin trabajo, que ellos se conviertan en investigadores. Hubo mucho interés, por ejemplo Octavio fue el más entusiasta, le dejaba el trabajo en la mañana y en la tarde ya estaba listo. Uno siente que se les está dando lo que ellos necesitan”.



Los datos recabados:
A diferencia de la familia nuclear en este caso, madre, padre hijo, en el Yine esta se amplia. Se ha observado que los tíos también forman parte importante de la familia. También están las normas de la cortesía, como el compartir, la solidaridad y reciprocidad, que el niño comparta con la abuela el pescado que ha conseguido el papá es muy importante.

La llegada del primero hijo marca un hito importante en la mujer yine. Hay un a serie de restricciones que tiene que seguir para que no se cutipe (no se enferme), por ejemplo si el hombre caza venado o sajino el niño llora toda la noche; tampoco puede tocar barbaco, el niño se puede torcer.

Los investigadores del CILA consideran que estas restricciones son mecanismos reguladores para controlar el consumo de determinadas especies. En una comunidad no solo una mujer está embarazada, son varias a la misma vez y cumpliendo estas reglas los hombres dejan de cazar determinados animales. “Tal vez estas restricciones tenga que ver con el propio mecanismo de la cultura para asegurar que las especies que necesitan para su subsistencia se conserven”, refiere Núñez.

Víctor Romero: historiador


Víctor Romero, el historiador de este grupo, considera que otros investigadores utilizan a los indígenas como objetos de estudio, razón por la cual en esta oportunidad se les consideró pieza clave en el trabajo de investigación.

“Como constantemente sucede eso ellos dicen "les cuento lo que quiero y a veces les miento". Nosotros para acceder a la información adecuada hemos logrado que nos acompañen los delegados de cada una de las comunidades”, refiere Romero quien también asegura que el resultado de este trabajo de investigación regresará a las manos de los indígenas, tal como es el deseo y pedido de ellos.