La primera semana de agosto se realizó un seminario en Pucallpa para dar a conocer los resultados del trabajo de campo realizado por miembros del CILA, este proyecto viene a ser el componente de investigación aplicada a la educación intercultural bilingüe del programa de Educación Intercultural Bilingüe para la Amazonía (EIBAMAZ), promovido por UNICEF y financiado por Finlandia. A propósito de este seminario conversamos con la lingüista María Cortez Mondragón, directora del CILA. Aquí sus impresiones:
El resultado general de las dos líneas es que hemos obtenido una documentación de datos empíricos de primera mano de las comunidades, de los mismos sabios sobre los saberes y conocimientos de los pueblos indígenas en cuanto a territorio cosmovisión y su cultura, a través de su cosmovisión se muestra su cultura.
También se ha hecho todo un registro, se cuenta con un material muy rico sobre los procesos de aprendizaje, donde se describen las capacidades de los niños de 0 a 5 años. Es muy interesante porque siempre están planteando que no hay como hacer textos, entonces se han recogido relatos que están siendo revisados y serán trabajados para ponerlos en los textos coordinando con el componente de materiales.
-En el taller los indígenas recalcaron “ya no somos sujetes de investigación, queremos investigar”
Sí, ellos ya no quieren que se les llame informantes, nosotros ya no utilizamos esa palabra, pero tampoco la practicamos, quiere decir que ya no los sentamos para decirles ¿a ver dime cómo se dice esto en tu legua?, o cuéntame un cuento, yo lo escribo me lo llevo y lo publico.
Ahora ellos son los que están aprendiendo la metodología participativa, hacen los talleres en las comunidades, y ellos mismos son los que están buscando ese acercamiento con los que más saben para poder recoger, traducir y publicar; ellos son los colaboradores en la investigación; ellos son los que están haciendo el registro, se les están enseñando hacer los registros, se les está diciendo cómo es que se analizan los textos. Incluso estamos tentados de hacer un currículo para calificarlos como investigadores indígenas.
-También dijeron queremos escribir nuestra propia historia ¿Eso es posible?
También ha sido uno de los resultados interesantes, porque el planteamiento que nosotros hicimos con el responsable de la Línea 1, el doctor Rodolfo Sánchez Garrafa y con los investigadores, es que los propios indígenas puedan escribir su historia, hay que rescribir la historia se planteaba, porque los documentos que hasta ahora se escriben sobre la historia de estos pueblos los han hecho los mismos investigadores.
El investigador recoge su dato, hace su sistematización sobre su propia perspectiva teórica, porque nosotros vamos al ampo con cierta propuesta teórica, y hacemos nuestra propia sistematización, pero lo que se ha comprobado es que estas sistematizaciones se hacen a partir de la perspectiva occidental.
Nosotros estamos tratando de hacer un enfoque diferente, se han realizado entrevistas semi estructuradas, pero las han hecho los propios indígenas en su lengua y lo han traducido al castellano y han dicho “se escribía así, para nosotros la interpretación de este relato es de esta manera”.
Como pudiste escuchar la posición que tienen las culturas amazónicas sobre el Inca, no es la misma que la de los andinos, ellos están analizando desde su propia trayectoria. Nosotros nuevamente hemos revisado los textos con ellos, así como los proceso de aprendizaje, ellos han precisado los significados.
-¿El Estado está preparado para enfrentar una educación intercultural bilingüe?
La comprobación de los diagnósticos en este momento es que los padres de familia han ido desplazando cada vez mas su lengua y cultura a favor de la cultura occidental, porque se ha hecho la educación con influencia de la cultura occidental, porque se ha pensado en una escuela formal, los niños llegan a al escuela para que se les haga bilingües.
Entonces no se trabaja con las comunidades, ese ha sido uno de los problemas y la propuesta es hacer una educación mucho más comunitaria, hacer relacionar a los padres de familia más con la escuela y no hacer a la escuela una institución independiente de la comunidad, donde el padre de familia incluso decía yo le enseño a mi hijo el asháninka, shipo y yine y que vaya a la escuela para que estudie el castellano, que se prepare de otra manera, veían a la escuela como algo mejor, decían: “tienes que ser mejor y tienes que ir a la escuela”, eso mella la situación de las lenguas indígenas y así se ha ido trabajando.
-Se dice que falta metodología
Por ejemplo nosotros estamos haciendo investigación en las capacidades y saberes, eso es básicos. El modelo de educación que tenemos en las ciudades se lleva a las comunidades y con esa metodología quieres que el niño escriba en shipibo, con un aprestamiento como lo haces en castellano; simplemente no puedes hacerlo porque el niño tiene otras capacidades, por eso digo que no hay una metodología, porque no hay un conocimiento de las destrezas del niño, de lo que piensa el niño, de cómo el niño se relaciona con sus padres, con su hábitat, con su territorio.
Si se partes de este modo, tienes una metodología adecuada, estas haciéndole conocer al niño la otra cultura, hasta por identidad, por fortaleza de su autoestima el niño tiene que partir de lo que mama con su madre y su padre.
-¿Cómo sería una educación bilingüe adecuada?
Me parece que el modelo es que parta de sus propias capacidades, de lo que sabe el niño, de sus propios saberes, de su propia manera de ver el mundo. El maestro debe mirar el mundo de la misma manera como lo ve el niño, tiene que organizar un currículo que parta de esa oralidad, luego se trabaja la lengua indígena y en un determinado momento se introduce la oralidad del castellano y así el niño va siendo un bilingüe aditivo, un bilingüe que sabe valorar sus conocimientos y su lengua y que se siente bien como persona y que aprenda muy bien el castellano.
Si trabajaríamos con políticas regionales sería más sencillo, pero si hablamos de una cultural bilingüe significa que te desenvuelves también bien en tu cultura y en tu lengua y la valoras como en la otra. El sueño que tenemos es que los indígenas sean ciudadanos del mundo y para ser del mundo primero tienes que ser ciudadano peruano, es decir, amar su cultura indígena, sentirse bien como indígena, saber que su lengua es importante, porque ellos mismos sienten que su lengua es importante.
Datos:
Pueblo Shipibo:
Los Shipibo-Conibo forman uno de los grupos indígenas del oriente peruano pertenecen a la familia lingüística pano y viven en los márgenes del rió ucayali y sus afluentes Pisqui, Calleria, y Aguaytia y a orillas de los lagos Tamaya y Yarina.
Más información:
http://www.shipibo-conibo.com/historia.htm
Pueblo Asháninca:
El pueblo asháninca o asháninka es una etnia amazónica perteneciente a la familia étnica arawak, Llamados en épocas anteriores como antis, chunchos, chascosos, campas, thampas, komparias, kuruparias y campitis, los asháninkas han sido tradicionalmente más conocidos como campas.
Más información:
http://es.wikipedia.org/wiki/Asháninka
Pueblo Yine:
El nombre yine [jine] se refiere a la lengua y el pueblo que anteriormente se conocieron como piro. La lengua pertenece al grupo piro de la familia maipureana. Los aproximadamente 3000 hablantes de yine en la amazonía peruana se encuentran en los departamentos de Ucayali, Madre de Dios, y Loreto.
Más información:
http://es.wikipedia.org/wiki/Yine
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